La ola de inseguridad que atraviesa el partido de San Vicente ataca despiadadamente al vecino/a, no dejando barriada sin ser víctima de malvivientes de toda calaña. Hasta no hace mucho tiempo la localidad de Domselaar era un paraíso digno de vivirlo, al que la inseguridad era casi una desconocida, hoy en día se encuentra envuelta dentro del flagelo de la delincuencia, sus calles, al igual que la zona rural son constantemente utilizada por los dueño de lo ajeno para hacer de las suyas.
A esta problemática no escapa la ciudad cabecera del distrito, pese a ser la más “custodiada” por el personal de seguridad, la que cuenta con la mayor cantidad de cámaras y móviles que la recorren no deja de ser presa de la delincuencia, en especial las zonas periféricas y rural.

Por su parte la ciudad de A. Korn es la más afectadas por estas larvas, rateros que despojan de sus efectos personales, celulares y algún dinerillo a quienes salen temprano de sus hogares para ir a trabajar y al volver. Esta ciudad no tiene diferencia de barriadas para ver cuál de ellas es la más asediada por estas mugres, como tampoco lo es el centro de la ciudad, al vandalismo y robo del que fuese víctima el centro Cívico (del que dimos cuenta en el número anterior) se sumó ahora el de la Clínica del Dr.
Mechura, a la que autores ignorados, amparados en la oscuridad de la noche y la poca presencia policial ingresaron por la parte trasera del edificio, alzándose con varios elementos de valor y medicamentos, causando además importantes daños en lo que refiere a historias clínicas de pacientes.

Este panorama es el que atraviesa el partido de San Vicente, el que hasta no hace mucho tiempo era un gusto vivirlo, hoy por la falta de control, presencia policial, empeño de los funcionarios a cargo de la seguridad, desgano de los servidores públicos al ver como en algunos casos arriesgaron sus vidas para apresar a los malandras y en menos de los que canta el gallo el Juez de Garantías los deja en libertad, la falta de investigación de la Fiscalía Descentralizada entre otras ha hecho un coctel de mal sabor en la seguridad, dejando a San Vicente sumergido en el flagelo de la inseguridad.

Por lo menos así lo veo yo
Por S.A.C

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