De Carola Lorenzini cualquier proeza podía esperarse. Cuentan las grandes historias de San Vicente que a la maravillosa Carola le sobraba valentía, arrojo y determinación. Era capaz de sorprender en cada acción, sin temor a nada ni a nadie.

Sorpresa como la que se llevaron los miembros del Aeroclub de San Vicente Carola Lorenzini (¿podría tener otro nombre un Aeroclub en Sanvi ?) al ver cómo desaparecía el alambrado que delimita el predio donde funciona el Aeroclub sobre la Ruta Provincial Nro. 58 y el Country Fincas de San Vicente.

Ante lo inédito de la situación algunos miembros de la organización, los más jóvenes, creyeron estar ante una nueva epopeya de Carola que desde el más allá quería bromear con sus discípulos sanvicentinos amantes de las alturas, «Carola pasó en vuelo rasante llevándose puesto el alambrado en picada hacia el cielo… nos quiso dar un mensaje de libertad… de no limitarnos…» expresó el más poético de los muchachos convencido de su idea. Los más veteranos, y conscientes de los tiempos que corren, rieron ante la ocurrencia poniendo la triste racionalidad al asunto: «por orden de los administradores del barrio privado, un grupo de trabajadores sacó el alambrado divisorio».  Los jóvenes soñadores pusieron racionalidad al asunto también  y exclamaron «el Aeroclub compró el Barrio… el Fincas ahora nos pertenece… por eso lo sacaron». Los más veteranos, ya más preocupados por la ocurrencia, explicaron que Fincas actuaba como nuevo propietario del predio, sin avisos de ningún tipo, retirando el alambrado. Y el Aeroclub? A quién debemos preguntar? Rápido alguien explique porque los jóvenes soñadores tienen pensado aterrizar sobre algún jardín con pileta.

 

 

 

 

 

 

 

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