Quienes hayamos recorrido los pasillos de las universidades públicas donde las ciencias sociales y humanísticas, la literatura, resuenan en conocimiento, hemos de alguna manera leído a Beatriz, debatido sobre Beatriz y sus argumentos teórico-políticos.
No vamos a olvidar sus formas genuinas de reflexionar sobre las letras, sobre la literatura y la vida, sobre la sociedad y la política. Estemos o no de acuerdo con sus pensamientos, nobleza obliga afirmar, que nunca esquivó el compromiso político, y en los tiempos que corren, de ignorancias y brutalidades en red, es un valor profundo para el pensamiento nacional y latinoamericano. Aunque en redes también, muchas personalidades lamentan su partida. En tiempos donde los espacios mediatizados ponen por sobre todo la separación de Wanda o el vestido animal print de Nicole, conocer la noticia de la partida de Sarlo es un golpe más bajo aún.
Si recorremos brevemente su vida, Beatriz Sarlo fue una muy importante periodista, ensayista y crítica literaria. Fue graduada en la UBA como Licenciada en Letras y tuvo numerosos reconocimientos a lo largo de su trayectoria, por ejemplo, obtuvo el Premio a la Trayectoria del Fondo Nacional de las Artes. Deja su fallecimiento un hueco en nuestra cultura, en nuestra política, y en nuestra identidad sociológica.
Beatriz falleció el 17 de diciembre de 2024 a los 82 años de vida. Se encontraba internada en el Sanatorio Otamendi de Capital Federal, desde hace casi un mes luego de sufrir un ACV. Su salud se había visto muy desmejorada, luego de la muerte de quien era su pareja, el cineasta Rafael Fillipelli. Llora Argentina, este diciembre.