Conmovidos por el mundial de Qatar 2022 que nos atraviesa, resulta interesante leer el tercer gol de Argentina a Croacia, y la jugada magistral de Messi. Desde un punto de vista pseudofilosófico, un análisis respecto a la sabiduría del capitán argentino.
Messi, antes de ponerse en juego el balón, le indica a su ladero de aventuras, Julián Alvarez, que sea receptor inicial para quedar mejor posicionado planenado lo que viene. Planeamiento o instinto, o un poco de ambos.
Ya la pelota en el pie de Messi, en el primer movimiento, la eleva unos centrímetros para evitar que un puntapié del defensor Gvuardiol la saque por la banda. Una primera sabia decisión.
Antes de seguir, separemos dos cuestiones presentes en esta jugada puntual: podemos pensar, sin que se nos queme el cerebro, que en Messi, ya un veterano en la élite del fútbol mundial, reside la habilidad, la sabiduría, la veteranía y la astucia. En el excelente defensor croata, de tan solo 20 años, la juventud, la velocidad y la fuerza. Estas características de ambos estarán presentes en la jugada, todo el tiempo.
Cuando arranca Messi, en su primera gambeta, saca distancia por sobre Gvardiol, pero sabe que no puede hacer lo que años atrás sí podía: no puede de una sola corrida llegar con peligro y letalidad al arco rival. Entonces, sabio, frena su marcha y provoca una pausa. Todo en breves segundos. Cuando la fuerza del croata llega con posibilidades de ganar, arranca Messi nuevamente manteniendo el balón cerca de sus pies, y lejos de los botines rivales. Luego de unos metros de ventaja que la iniciativa de arranque le da, vuelve a frenarse, porque ya no tiene la máxima velocidad. Pequeñas tácticas que sumadas van conformando su estrategia de gol. En potencia sabe que Gvardiol, siempre lo alcanzará. El efecto que busca es el mismo, frenar para realizar un giro de distracción, para que la juventud inocente quede nuevamente en desaire. El argentino amaga en retroceder pero velozmente, gira nuevamente sobre si mismo y reanuda su marcha hacia línea de fondo. El factor sorpresa hace que vuelva a sacar un metro de distancia, pero en segundos el defensor nuevamente estará a la par, y cuando lo hace, cuando ya está la presa atrapada para robar el balón, Messi nuevamente saca un pase exacto a su compañero Julián. Y ya logró su cometido. Leamos su cabeza: arranco, te saco ventaja, me alcanzás, me freno, frenas, arranco, te saco ventaja, me alcanzás, me freno, frenas, arranco… hasta que yo quiera. De anticiparse, Gvardiol podría haber cometido una falta, y arruinar la magia, pero intentó un quite magistral, sabiéndose un defensor de los mejores en Qatar.
En segundos, el astuto, el encantador de serpientes, fue creativo y demostró por qué los equipos solo pueden diezmarlo, por lo general, duplicando o triplicando la marca. Porque en el uno a uno, con las herramientas que tiene, sigue siendo inquebrantable. Por sabio, tiene su gran mérito en el gol. Nadie entiende aún cómo lo vió a Julián Alvarez posicionado como para ponerle la pelota en los pies. Es el plus que solo tienen los genios. Alguna vez Maradona explicó que en el segundo gol a los ingleses, durante todo su despliegue de gambetas y engaños, fue siempre mirando la posición de sus compañeros más cercanos (Burruchaga y Valdano). Messi no lo dijo, pero sabemos que sucedió lo mismo. El veterano de mil batallas, más vigente y rápido que nunca. Cómo vamos a extrañarlo!
Una belleza pic.twitter.com/BXRO76sBx2
— Felipe Pigna (@FelipePigna) December 16, 2022